El asombroso mundo de los recipientes de plástico: cajas, barriles y tarros

Un cajón lleno de recipientes sin tapa provoca mucha discusión en la cocina. Quien afirme que jamás ha perdido una tapa, está mintiendo o tiene un acuerdo con el duende de los tuppers. Los recipientes de plástico nunca coinciden en tamaño y forma cuando son más requeridos, parecen multiplicarse. Observar esas piezas dispersas en el contenedores de plastico, algunas deshidratadas y con señales de salsa, es suficiente para redactar una tragedia griega.

Hablemos del material. Al observar un mero envase, numerosos individuos se vuelven filosóficos. El plástico ha transformado la forma en que guardamos alimentos, ordenamos nuestras cosas y llevamos el almuerzo al trabajo. Sería absurdo volver a envolver todo en hojas de plátano o cáscaras. El plástico se destacó en la competencia por su ligereza, bajo coste y resistencia a impactos.

No todo es de oro lo que brilla. Hay diferentes tipos de plástico. El horno microondas es rechazado por muchos. Es un buen testigo ese aroma a sopa recién calentada que nunca desaparece. Finalmente, las manchas de tomate se transformaron en macetas improvisadas después de prometer eliminar a todos aquellos con ellas. Verificar las etiquetas en la base es provechoso. Triángulos, números y letras expresan significados sobre reciclaje y seguridad. Algunos llevan signos peculiares. Aunque en ocasiones pueda parecerlo, no es simplemente decoración.

Los contenedores transparentes facilitan la observación de lo que guardas, pero revelan el desorden de lo que contienen. El persistente debate es: ¿transparente o de colores? Aunque olvidas si era arroz o ensalada lo que se encontraba en el fondo, los colores resguardan el desorden. En una ocasión, pensé que guardaba queso y hallé una gelatina añeja. Sorpresas te brinda la vida.

Sin disciplina militar, la organización de estos contenedores puede convertirse en una odisea. Algunos organizan por dimensiones, otros por cestas específicas. Los más audaces solo adquieren nuevos cuando los antiguos se deterioran al contacto con esponjas calientes, reciclando todos. Hay personas que aman ese tupper “mágico” que siempre cierra bien, a pesar de los años y los incidentes.

El problema ecológico, por supuesto. El exceso de plástico es un secreto a voces. Muchos deciden reutilizar los botes repetidamente por esta razón. Las alternativas biodegradables suelen ser más costosas y no siempre duran lo mismo. A veces la conciencia vence, pero el placer resulta complicado de pasar por alto. Es similar a la constante lucha entre alimentarse de manera saludable o degustar una hamburguesa doble con queso.

Quizás no sea definitiva. ¿Remedio? Los recipientes de plástico pueden utilizarse para diversas funciones más allá de almacenar alimentos con un poco de creatividad. Resguardar objetos pequeños durante tus viajes, ordenar utensilios o realizar actividades manuales. Estos botes son como ese amigo que se encuentra en cualquier lugar, resiste llamadas a última hora y nunca solicita nada a cambio. Encuentra la tapa adecuada, si es posible.

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